martes, 2 de abril de 2013

MATUTINA DEL DIA DE HOY 2 DE ABRIL


                                                      "" DOS   HIJOS ""


Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? (Mateo 21:28-31).

En la parábola, el hijo que se negó a ir representaba el mundo gentil, y el grupo que decía “Sí, señor, voy” representaba a los fariseos. Cristo acababa de limpiar el Templo de los que lo contaminaban con un tráfico prohibido. La divinidad había fulgurado a través de la humanidad, y el pueblo había visto la gloria y el poder de Dios manifestado ante ellos… Al viajar hacia Jerusalén, la multitud había extendido sus mantos en el camino y lo había adornado con ramas de palmera; también lo alabó al cantar: “Hosanna al Hijo de David”. Aunque los que lo alababan no se habían atrevido a llevar sus aclamaciones hasta las puertas mismas del Templo, por temor a los sacerdotes y los gobernantes, los niños habían seguido el canto y alababan a Dios en el Templo clamando“Hosanna al Hijo de David”. El mundo gentil aceptaría la verdad, pero quienes habían tenido una luz tan grande y tales privilegios maravillosos, a quienes se les había concedido bendiciones tanto temporales como espirituales, rechazaron el mensaje de salvación. Habían profesado ser el pueblo de Dios. Habían dicho: “Vamos, señor”, pero no habían hecho la voluntad de su Padre…Cuando la invitación del cielo ha llegado a sus oídos, ¿dice usted “Sí, Señor, creo la verdad”, aunque las acciones en su vida muestran que en realidad no creyó? ¿La ha traído usted a su corazón? ¿Se ha apoderado de su alma su poder transformador? ¿Ha sido integrada en su carácter su gracia santificadora? ¿Qué sucede con usted?…Es el privilegio de cada uno decir: “Cumpliré las órdenes de mi Capitán al pie de la letra, ya sea que sienta [el deseo] o no… Diré: ‘¿Cuáles son mis órdenes? ¿Cuál es mi deber? ¿Qué me dice el Maestro?… ¿Cuál es mi posición ante Dios?’” Tan pronto como llegamos a una relación correcta con Dios, entenderemos nuestro deber y lo haremos, y no pensaremos que las cosas buenas que hacemos nos ganan la salvación…La pregunta no es cómo permanecerá cuando lo asalten las pruebas en el futuro, sino: ¿Cómo está ahora su relación con Dios? ¿Desea hoy empeñarse en su obra?

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