OIDORES JUNTO AL CAMINO
El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino. Lucas 8:5.
En la parábola del sembrador se nos
presenta el gran conflicto entre Cristo, el príncipe de la luz, y Satanás, el
príncipe de las tinieblas…El sembrador es el Hijo de Dios, o aquel a quien le delega su obra; porque
al cooperar con Cristo, hemos de llegar a ser colaboradores con Dios. Quienes
les abren a otros las Escrituras por medio del ministerio personal están
sembrando la buena semilla, porque la buena semilla es la Palabra de Dios…La semilla sembrada a la vera del camino representa la Palabra de Dios
cuando cae en el corazón de un oyente desatento, porque los que han de producir
fruto deben meditar mucho en la Palabra que se les ha presentado. Como los
pájaros están listos para sacar la semilla de junto al camino, Satanás está
listo para quitar del alma las semillas de verdad divina, a menos que esta
encuentre posada allí y produzca fruto para vida eterna. Satanás y sus ángeles se encuentran en las reuniones en que se predica el
evangelio. Mientras los ángeles del cielo tratan de impresionar los corazones
con la Palabra de Dios, el enemigo está alerta para hacer que no surta efecto.
Con un fervor solamente igualable a su malicia, trata de desbaratar la obra del
Espíritu de Dios sobre el corazón del oidor, porque ve que si se aceptara la
verdad, ha perdido el control de su sujeto, y Cristo ha ganado la victoria…Hay muchos cuyos corazones son tan duros como el camino pisoteado, y
aparentemente es inútil el esfuerzo por presentarles la verdad. Pero aunque la
lógica no los mueva y los argumentos no sean capaces de convencerlos, que el
obrero de Cristo se acerque a ellos con la simpatía y la compasión de Cristo, y
puede ser que el amor de Cristo someta y derrita el alma a favor de la ternura
y la contrición…A través de los años del tiempo de prueba, Dios está probando
los corazones de todos, para que se vea quiénes encontrarán lugar para Jesús.
La pregunta que toda alma debe contestar es: ¿Aceptará usted el amor perdonador
de Dios, que es un remedio para las enfermedades del alma, o elegirá la
enemistad de Satanás contra Dios y cosechará el terrible destino de los
perdidos? –Review and Herald, 31 de mayo de 1892; parcialmente en Palabras de
vida del gran Maestro, pp. 25,
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