¿TIENE USTED
ACEITE EN SUS LÁMPARAS?
Entonces el reino de los cielos será
semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al
esposo. Mateo 25:1 (leer Mateo 25:1-13).
Aunque a cinco de estas vírgenes se las representa
como sabias y a cinco como insensatas, todas tenían lámparas. Todas habían sido
convencidas de que debían prepararse para la venida del novio, y todas habían
ganado un conocimiento de la verdad. No hubo una diferencia aparente entre las
sabias y las insensatas hasta que se escuchó el clamor: “¡Aquí viene el esposo;
salid a recibirle!” (Mat. 25:6). Pero la condición verdadera de las cosas ya se
había desarrollado. Las sabias habían tomado la precaución de llevar aceite
consigo en sus recipientes, de manera que si sus lámparas comenzaban a arder
con poca luz pudieran ser reabastecidas con aceite; pero las insensatas no se
habían preparado para esta emergencia, y ahora hicieron un pedido ferviente y
desesperado a aquellas que eran sabias… Habían descuidado prepararse para encontrarse
con el esposo, y ahora se dirigieron a aquellas que se habían abastecido de
aceite…
Al leer esta parábola,
uno no puede dejar de sentir pena por las vírgenes insensatas y hacer la
pregunta: ¿Por qué es que las sabias no compartieron su provisión de aceite?
Pero al hacer la aplicación espiritual de la parábola podemos ver la razón. No
es posible, para los que tienen fe y gracia compartir su provisión con los que
no las tienen. No es posible, para quienes han efectuado una preparación del corazón,
impartir el beneficio de esto a los que apenas han hecho una preparación
superficial… Las diez vírgenes en total parecían estar listas para la venida
del esposo, pero la prueba demostró el hecho de que cinco no estaban listas…Las
vírgenes necias no representan a los hipócritas. Les interesaba la verdad,
abogaban por la verdad, tenían la intención de salir a encontrarse con el
esposo. Estaban conectadas con quienes creían en la verdad, iban con ellos,
tenían lámparas, que representan un conocimiento de la verdad…Muchos aceptan
rápidamente la verdad, pero, al no ser asimilada, sus efectos son
neutralizados. Se parecen a las vírgenes necias que quedaron sin la provisión
de aceite para sus lámparas. El aceite es símbolo del Espíritu Santo, que llega
hasta el corazón gracias a la fe en Cristo. Quienes escudriñan las Escrituras
con diligencia y mucha oración, y confían en Dios con una fe firme y obedecen
sus Mandamientos, están representados por las vírgenes sabias –Review and
Herald, 17 de septiembre de 1895; parcialmente en Recibiréis poder, p. 18.
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